La visión
del bebé ahora es igual que la de un adulto. Él asocia la habilidad motora a la
capacidad de acompañar con los ojos los movimientos que hace con las manos.
A los seis
meses, el bebé ya puede incorporarse si está boca abajo, apoyándose en las
manos. Si está boca arriba, consigue llevar a la boca es el pie, algo que gusta
a todos los niños de su edad y que tanta gracia les hace a los padres.
También es
capaz de mantenerse sentado con apoyo. Levanta la mano para ir a por los
objetos. Coge los juguetes y se los pasa de una mano a otra.
A los seis
meses, te sorprenderás cuando el bebé conteste en forma de gorjeo cuándo hables
con él. El bebé se da cuenta de que tiene vida propia y comienza a hacer
ruiditos mientras a la madre se le cae la baba con su pequeño.
Puede que
balbucee, aunque sin significado, algunos sonidos parecidos a "papá"
o a "mamá" y que nosotros nos empeñaremos en desmentir orgullosos
ante aquél que diga lo contrario.
Para ayudar
al bebé a desarrollarse se pueden realizar ejercicios de estimulación como
jugar con él delante del espejo para que comience a reconocer su propia imagen,
jugar a dar y tomar juguetes o que vea cómo te pasas objetos de una mano a
otra.
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