En este mes
el bebé ha experimentado una gran movilidad, ya que es lo bastante fuerte para
levantar la mitad superior de su cuerpecito apoyando los brazos. Durmiendo
también se mueve y puede que dé la vuelta si lo dejas solo en la cuna.
Demostrará
su deseo de coger a alguna cosa con más empeño, y se enfadará y gruñirá si no
consigue sus propósitos. Le gusta llamar tu atención, porque sabe que acudirás
en su busca.
Le encanta
que le cojan en brazos y le mimen. Para mejorar sus estímulos responde a su
llamada cada vez que te llame y habla mientras vas hacia él para que se vaya
percatando de tu cercanía.
Ya no
sonríe a todos. Algo cambia en su comportamiento. Sonríe delante de un rostro
familiar y a la vez se muestra serio y miedoso o vergonzoso en la presencia de
personas a quienes no conoce. Su percepción se esmera, pues el bebé puede
diferenciar una voz amable de otra menos amable y reaccionar a ellas de
distintas maneras.
En esta
etapa, empieza el juego con los pies. En esta etapa de su desarrollo, tiene
lugar el momento en que se miran y se identifican en el espejo. Puede que se
asuste al principio, pero después querrá tocarlo y lamerlo, sonreír delante de
él, y empezar a emitir toda clase de sonidos. Ya hace pedorretas y emite
sonidos y palabras como "ejj", "ma" "da", etc.
Para él todo será un juego alegre y divertido.
Cada vez el
babé tiene más capacidad para jugar y relacionarse por lo que los juegos de
estimulación son ideales para esta etapa de su vida. Puedes tumbar al bebé boca
abajo y dejar un jueugete cerca de él para que intente cogerlo.
Cantar al
bebé, ponerle música clásica, darle masajes o dejar que toque objetos de
diferentes texturas son actividades que relajarán al bebé, lo entretendrán y
además, estimularán sus sentidos.
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